13 de octubre de 2012

¿Quién pasea a quién?

¿Quién pasea a quién?

Cuando le preguntamos a un propietario qué comportamiento de su perro quiere corregir, nos encontramos que entre las respuestas más habituales tenemos la siguiente:

- Quiero pasear yo al perro, no que él me pasee a mí.
Mi perro tira de la correa
Pues bien, para empezar, como educadores de cachorros, aconsejamos acostumbrar al perrito a su collar y su correa desde el primer día. Le premiaremos cada vez que camine sin tensión en la correa, no nos importa que vaya al lado o un poco adelantado o un poco rezagado, lo importante es que no tire. Deberemos evitar tirar del cachorro cuando se quede rezagado, en vez de esto, lo animaremos para que nos siga y lo premiaremos inmediatamente en cuanto empiece a seguirnos. Lo entenderá muy rápido. De hecho, la experiencia nos dice que los cachorros que acuden a cursos como los nuestros aprenden a no tirar de la correa desde el principio.

Pero, desafortunadamente, la mayoría de los propietarios acuden a los educadores cuando ya tienen el problema y cuando, sin querer, han reforzado ese comportamiento a base de correcciones. ¿Y ahora, qué podemos hacer?

En primer lugar, guardar la flexi (correa extensible) en el cajón y comprar una correa adecuada, las más recomendables son las correas de unos dos metros que permitan al perro pasear relajado, olisqueando cuando quiera y que podamos recoger fácilmente para hacerla más corta en caso de necesidad (para cruzar una calle, por ejemplo). Por supuesto, nos olvidaremos de los collares de castigo (ahogo, semiahogo o pinchos), los tirones en el cuello pueden provocar lesiones de importancia en nuestro perro; además, no debemos olvidar que el perro aprende por asociación y si cada vez que tira de la correa, le corregimos con un tirón estaremos provocando que realice asociaciones equivocadas.

En segundo lugar, enseñaremos al perro un sonido neutro (chasquear los dedos, palmada en el muslo, algún sonido labial o con la lengua en el paladar) que tendrá como significado: "sígueme", es decir, sólo utilizaremos esa señal sonora para eso, para que nos siga.

Por último, haremos la siguiente secuencia cada vez que el perro tire de la correa:
  • Nos detenemos inmediatamente.
  • Esperamos unos segundos sin decir nada y, por supuesto, sin hacer nada.
  • Hacemos el sonido que hemos enseñado previamente.
  • Cuando el perro empiece a girarse hacia nosotros, lo felicitamos inmediatamente.
  • Damos un paso en otra dirección y cuando el perro nos siga le premiamos con una golosina deliciosa.
Es tan fácil, cómo esto. Siempre podemos contar con el apoyo de un profesional de la educación canina si no somos capaces de hacerlo nosotros mismos y necesitamos ayuda. Si el perro tira con mucha fuerza y no podemos frenarnos para realizar esta secuencia, podemos intentarlo con collares o arneses de venta en el mercado como el Gentle Leader especialmente diseñados para enseñar a nuestros perros a no tirar de la correa. Pero lo ideal sería intentar llevar a cabo este método como primera opción.
Artículo escrito por Mónica Saavedra Pazos, Educadora Canina y Terapeuta del Comportamiento de la Escuela de Cachorros y Perros UCM.

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