"¡¡Doctor, doctor,
atropellaron a mi perro...!!"
Artículo exclusivo para la publicación Notican®
Los atropellamientos son sin duda una de las emergencias más
frecuentes que atendemos los Médicos Veterinarios y que pueden cursar
con hematomas y fuertes contusiones en los animales más afortunados,
hasta fracturas, lesiones graves en órganos internos y hasta la muerte
casi instantánea en aquellos con menos suerte.
Cuando atropellan a nuestras mascotas nos envuelve un sentimiento de impotencia y sobre todo de mucha ira, ira que generalmente canalizamos hacia la persona que arrolló a nuestro animal, hacia la que "cometió el descuido" ó hacia el Médico Veterinario que "no llegó a tiempo" ó "no pudo hacer nada por nuestra mascota"; no obstante, ya con un poco más de calma, debemos preguntarnos cuánto porcentaje de culpa tenemos nosotros como dueños, en el atropellamiento de nuestro animal.
He sabido de muy pocos casos de atropellamientos en los cuales los vehículos han subido a la acera ó que han ingresado directamente en los jardines ó en alguna otra parte de las casas, así como, aquellos donde el agresor ha arrollado adrede al animal y a su propietario.
No obstante, si son muchísimos los casos en los cuales los animales que resultan atropellados andaban sueltos en la calle, caminaban con su dueño sin correa ó han escapado ya sea por miedo, por seguir a una persona o a otro perro, e incluso los que han roto collares y cadenas con los mismos fines.
Con frecuencia me pongo a observar a mis clientes al momento de llegar a mi consultorio y me atrevería a decir que tan sólo un 40% de ellos trae a su mascota con correa; es más, muchos pretenden que sus mascotas se bajen solos del automóvil e ingresen libre y tranquilamente por la puerta al ser llamados por ellos. Al parecer, el único que en ese momento está consciente de que lo que tiene el animal al frente, si desea escapar, es una calle llena de automóviles que van a gran velocidad soy yo.
Los atropellos son sin duda una desagradable experiencia tanto para dueños como para mascotas, pero al igual que en otros accidentes existen medidas que pueden ayudarnos a minimizar su ocurrencia.
Seguramente parezca ilógico que lo mencione, pero mucha gente olvida que cuando sale a caminar con su perro es indispensable llevarlo con correa, así mismo, si el animal es fuerte e incluso agresivo (donde deberá llevar bozal), el uso de collares ahorcadores (preferiblemente de eslabones soldados) evitará que éste escape. Argumentos tales como "mi perro está acostumbrado sólo a caminar a mi lado y por la acera", o "mi perro nunca se atreve a cruzar solo una calle" jamás serán válidos para andar un perro suelto y mucho menos para culpar a otra persona por haberlo atropellado.
Ni qué decir de aquellos propietarios que permiten a sus mascotas "pasearse solas" por el barrio, pues "no son agresivos, todos los vecinos lo conocen y por acá no pasan muchos carros"; de igual forma, en casa deben tomarse todas las medidas para evitar que los animales salgan a la calle a pesar de que "mi perro nunca se ha atrevido a pasar del portón, aún estando abierto"
Todas las frases que he citado anteriormente las he escuchado en más de una ocasión de propietarios cuyos animales han muerto bajo las llantas de un carro, de ahí que sería bueno ir eliminándolas, pues son las que tienen a los Médicos Veterinarios atendiendo casi a diario a mascotas atropelladas.
De igual forma debemos recordar que como propietarios, somos los únicos responsables de las acciones y el bienestar de nuestras mascotas, tanto dentro, como fuera de nuestro hogar, de ahí que junto con la ira, tristeza, dolor e impotencia que genera un atropellamiento, debemos analizar cuanto de nuestra parte pusimos para que ésto no ocurriera.
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