30 de abril de 2013

Las fobias en la especie canina

Las fobias en la especie canina
D. Antonio Pozuelos J. de Cisneros

El problema que origina para un dueño la fobia de su perro frente a un o unos estímulos determinados, es uno de los mas graves con los que debe convivir tanto él como el animal.
Hace pocos días leía en una revista de divulgación canina que este problema tenía muy fácil solución tanto si se cogía a tiempo como si se trataba de corregir en un estadío vital avanzado del perro. Con el debido respeto que me merece la autora del artículo, debo decir que difiero sustancialmente en sus conclusiones. La fobia tiene mal diagnóstico y es difícil, cuando no imposible, su tratamiento. Hace pocos meses trabajé con un perro, destinado al deporte, que presentaba fobias generalizadas hacia un amplio abanico de estímulos. Se pudieron paliar algunas e incluso, erradicar otras pero, el consejo final que tuve que dar al dueño, fue que no llevara al perro a determinadas pruebas o que adquiriese otro para ellas.
Se puede definir la fobia como una respuesta de miedo excesiva y persistente frente a un estímulo determinado. Puede ir acompañada de ansiedad por separación del dominante, conducta destructiva, agresividad por miedo e incluso, autolesión. No podemos afirmar que el componente racial sea determinante pero sí que el genético, la experiencia previa o el índice de percepción individual influyen de manera notable en la licitación de estas conductas asociadas al miedo.
También y, en el contexto de licitación, vemos perros que solo muestranfobia a ruidos asociados con desastres naturales (relámpago, caída de rayo, truenos o cohetes) y otros que lo hacen hasta en presencia de un estímulo novedoso como la apertura brusca de un paraguas o la caída de un objeto. Otra distinción importante es la ontológica, es decir, hay animales que presentan estas conductas desde el periodo crítico de socialización y otros que comienzan a licitarlas a los dos años o tres años de vida.
Antes de analizar los distintos tipos de fobias – imnatas o adquiridas- veamos el enfoque etológico del problema para tratar de comprender su naturaleza.
Como sabemos, el individuo más apto (en libertad) sería el que mejor evitara la depredación, tuviese mas acceso a las fuentes de recurso y obtuviera mas éxito reproductor. Nuestros perros, con solo un periodo de domesticación de dieciseismil años, no pueden haber olvidado, en su mensaje genético, que el desastre natural los afecta sobremanera en sus factores de supervivencia. Tampoco el que una experiencia novedosa puede ser la responsable de su extinción ya que no estarían capacitados para resolverla. Tampoco habrán olvidado que una comunicación agonistica intensa por parte de un dominante, puede ser un aviso de muerte inmediata.
Realmente no debe sorprendernos el que el 20% de nuestros perros domésticos sufran fobias si tenemos en cuenta el enfoque anterior. Pero tampoco soluciona nada, al dueño del perro, el que el concepto de fobia pueda ser asimilado a una conducta adaptativa en su propia evolución. Veamos pues los dos tipos de fobias y su forma de paliarlas o erradicarlas.
La fobia imnata puede ser considerada como una conducta heredada del carácter miedo. Hará su aparición cuando el proceso de socialización esté tocando a su fin y se manifestará frente a varios estímulos. Es la más peligrosa por su capacidad de extrapolarse a otros estímulos posteriores que aparecerán en la vida del animal. El perro que presente esta elevada emocionalidad jamás será apto para pruebas deportivas y mucho menos para ser adiestrado en defensa. En un futuro, puede ser responsable de lesiones a personas o protagonista de conductas aberrantes. Por supuesto, a tenor de su raza, puede ser utilizado como animal de compañía pero siempre con las limitaciones propias del individuo. Por otra parte, y debido a la condición de especie altricial del perro, esta fobia puede ser controlada por medio de manipulaciones neonatales y condicionamiento operante. Entre los adiestradores es muy normal buscar el carácter temple -que no es más que la ausencia de fobias - entre los cachorros de dos meses de una camada, para adoptar un ejemplar de trabajo.
Cuando la fobia se manifiesta en el periodo de madurez del animal y solo frente a un determinado estímulo, debemos sospechar que el perro ha sufrido un proceso de sensibilización. Si unimos, en el tiempo, un estímulo aversivo (daño físico o frustración) con otro neutro (cohete) el animal tenderá a licitar conductas de miedo o agresivas con la sola presencia del neutro. La mayor parte de las veces, nosotros somos los responsables de las sensibilizaciones de nuestros perros y otras pueden ser personas ajenas a la familia las que pueden causar fobias con o sin intención.
En Sevilla vi un ejemplar de trabajo que licitaba conducta fóbica hacia su jaula sin llegar a averiguar quien había sensibilizado al perro. El tratamiento de esta clase de fobias se basa en el condicionamiento operante. Cuando la habituación (proceso contrario a la sensibilización) se prevé lenta, debemos recurrir a la administración de fármacos siendo en estos casos, imprescindible la actuación conjunta del veterinario y el especialista en conducta. Con los tranquilizantes conseguiremos que la respuesta de miedo sea menos intensa y podremos utilizar la exposición gradual al estímulo como base del tratamiento. Premiaremos cualquier conducta de tranquilidad mientras aumentamos la exposición. El guía debe permanecer tranquilo frente al estímulo y nunca recurrir al castigo durante el tratamiento ya que, por muy aversivo que fuese este, siempre lo será más el estímulo desencadenante. Si el animal en tratamiento es un dominante, debemos apartarlo de los demás ya que, el riesgo de que contagie al resto, es muy elevado. En el caso de que se tratara de un subordinado, la presencia de dominantes que no reaccionen al estímulo, será tremendamente beneficiosa pare el perro. Es desaconsejable tratar de que el animal asocie el estímulo desencadenante con la licitación condicionada de conductas instintivas. Me refiero, a título de ejemplo, a darle salida al perro mordiendo cuando suena un cohete. En este caso estaríamos potenciando su agresividad y condicionándolo de forma errónea. Es mucho más beneficioso unir al estímulo unas conductas lúdicas o de tranquilidad. En términos generales debemos huir de asociar el desencadenante con estímulos de supervivencia y/o reproducción.
Algunos autores sugieren la posibilidad de que alguna causa orgánica y no genética o aprendida, justifiquen alguna fobia del tipo imnata. La hiperacusia podría ser una de ellas ya que para un perro que oye demasiado, la sola presencia de un agente ruidoso podría ser desencadenante de miedo por dolor.
De todas formas, debemos pensar que el perro doméstico está en un proceso de selección artificial que ya ha conseguido bajar su timideza umbrales muy bajos en comparación con sus parientes en libertad. ¿Y las fobias?.
Conclusiones:
Las fobias pueden ser genéticas y solidarias al factor miedo o adquiridas por sensibilización.
Antes de diagnosticarlas es imprescindible descartar una causa orgánica.
Pueden presentarse frente a uno o varios estímulos.
Las adquiridas por proceso de sensibilización suelen aparecer frente a un solo estímulo.
El rango de percepción sensorial del indivíduo es un factor determinante de la intensidad de la fobia.
Tienen difícil solución y no deben ser tratadas por personas no formadas en comportamiento ni veterinaria.
D. Antonio Pozuelos J. de Cisneros

29 de abril de 2013

¡Me voy a comprar un perro!

¡Me voy a comprar un perro!
D. Antonio Pozuelos J. de Cisneros

Es posible, amable lector, que cuando acabe de leer este artículo y, si ya ha disfrutado o disfruta de la compañía de un perro, piense que se equivocó en casi todo, cuando decidió adquirirlo. No se preocupe, yo pienso igual después de haber enterrado muchos de estos amigos y lo que es peor, creo que siempre seguiré equivocándome. En España, hay un viejo refrán que dice: mal de muchos, consuelo de tontos. Sin menospreciar, en absoluto, su capacidad intelectual ni la mía, pienso que si a los humanos nos cuesta trabajo elegir a nuestra propia pareja... ¿Cómo no nos vamos a equivocar con nuestro perro?.
El problema es que antes de casarnos, intentamos conocer a nuestra futura "costilla" mediante el noviazgo y, aún así, muchas veces erramos. Para adquirir un perro, que será nuestro amigo durante varios años, nos fiamos del compañero, familiar, pajarero o peor aún, leemos toda una enciclopedia canina y llegamos a la conclusión de que todos los perros son buenos.
A usted, que ya tiene uno, debo decirle que no hay perro viejo para educar sino cachorro al que destrozar y al que esté pensando en adquirirlo, le diré que lea el artículo sin complejos ya que pertenece a una especie tan evolucionada que siempre será admirado por su futuro amigo.
¿Por qué quiere un perro? o dicho de otra forma, ¿para qué lo quiere?. En el artículo anterior decía que, también los humanos estamos sujetos a la Selección natural y el perro nos ayuda muchas veces a elevar nuestra aptitud sobre todo, en las funciones de supervivencia.
¡Yo soy muy gregario y necesito compañía!. ¡Cómprese un perro como el Boxer!. Si vive en un espacio de 60 metros cuadrados, tampoco le sirve esa raza sino otra que, a la vez de gregaria, no estorbe en su casa.
¡Tengo un problema de seguridad!. ¡No trate de solucionarlo con un amable Retriever!. Para su problema quizás un buen Pastor alemán sea la solución adecuada.
¡Soy minusválido o convivo con ellos!. El Retriever del caso anterior si es adecuado en esta ocasión.
¡Tengo poco carácter y no sé si me podré imponer a mi perro!. No adquiera un perro poco neoténico (1) como el Husky o Malamute.
¡Mi hogar está lleno de niños!. No se la juegue con un perro de raza tribal o expansiva que necesite competir por el liderazgo.
Condicionamientos vitales como los descritos, hay muchísimos pero, también las razas que se comercializan cuentan entre ellas, con la adecuada al suyo. Siempre existirá el perro que usted necesita sea de raza pura o cruce.
Cuando preconizamos el adquirir un pura raza no lo hacemos por elitismo o desprecio a los cruces. El factor importante que aporta el espécimen puro es que su conducta está mas estandarizada y la posibilidad de que se comporte como sus patrones filogenéticos mandan, es muy superior a la del mestizo. Otro de los factores importantes en el que debo hacer hincapié es el de nuestra formación cara a la educación y/o adiestramiento de nuestro amigo así como nuestra forma física, edad e incluso, sexo. Debemos ser conscientes de que nuestro perro, sea de la raza que fuere, está buscando en nosotros el líder o Humano Superalfa que le asegure su supervivencia y reproducción y, para demostrarle lo preparados que estamos para ser su señor feudal, debemos establecer un modelo jerárquico adecuado a su raza y carácter individual. Tengan en cuenta que es muy difícil "engañar" a un perro. Si queremos hecernos pasar por lo que no somos, nuestra conducta será detectada de inmediato por él y clasificada como deshonesta. Somos capaces de impresionar a un humano con una comunicación de farol pero nunca a un perro. ¡Ellos son maestros en señales interespecíficas!.
Es muy normal en mi consulta la queja de muchos dueños relativa a que su perro se va con cualquiera. El único problema aquí, es que ese perro no tiene dueño o simplemente, lo está buscando en otra persona. Casi siempre son ellos los que eligen dueño pero. ¿Cómo lo hacen?. Buscan entre la familia, al humano más dominante para que les ampare en su "feudo" y, aunque quieran a todos los componentes, el respeto absoluto lo mostrarán hacia el líder de la manada humana. Los machos presentan esta conducta de necesidad de líder con mucha más intensidad que las hembras. ¿Por qué?. Simplemente porque el macho es más competitivo y territorial que la hembra.
La siguiente pregunta obligada es: ¿Que hace que un individuo, de cualquier especie sea dominante?. Muchos etólogos como Wilson, Yasukawa, Arcesse, Hoberton, Cristol y Piper trabajaron duramente en la determinación del status individual hasta que Ketterson lanzó en 1979 los resultados: el factor más importante es el tamaño seguido de la edad, la familiaridad con la zona, el sexo y el nivel de Testosterona en sangre.
No nos extrañemos, por tanto, si nuestro perro elige como dueño y señor al humano macho más corpulento, adulto y con mayor nivel plasmático de Testosterona. No quiere decir esto que no quieran y admiren a los demás miembros familiares. En mi caso y, entre mis perros machos, la situación es algo así como la relación:
  • Mamá, comida y cariño
  • aniños, juego y diversión
  • Papa, trabajo y respeto
Parece que al estereotipar al humano dueño caemos en una corriente machista. Realmente es así pero no olvide el lector, que su perro no entiende de modas ni filosofías humanas. La Testosterona, como saben, es una hormona muy unida a las conductas competitivas, agresivas y de dominancia social humana. Ellos respetan a quién la contiene y casi siempre le temen cuando la reacción previsible, es de alta intensidad.
Cuando generalizo, no excluyo en absoluto a magníficas adiestradoras de corta edad, cuerpo ligero y poca Testosterona sino que expongo conceptos etológicos que, aunque se opongan a nuestras creencias, están presentes en los patrones de conducta de la especie canina.
Otra práctica importante, a la hora de adquirir un perro, es hacer una introspección de nuestra forma de vida. ¿Me gusta el campo?...¿Tengo poco o mucho tiempo para dedicar a mi perro?....¿Estoy dispuesto a sacrificar ese tiempo en su beneficio?. Piense el lector que una equivocación, a la hora de elegir raza o individuo, puede ser una fuente de conflictos que se prolongará durante toda la vida de nuestro amigo. Por el contario, una decisión correcta nos reportará muchos años de convivencia feliz entre ambas especies. ¿Dónde lo busco?.Mi consejo es que lo haga en criaderos serios donde pueda ver y juzgar el carácter y la morfología de los progenitores, sus pedigríes, sus cartillas de trabajo o cualquier dato que contribuya a conseguir un ejemplar sano de cuerpo y espíritu. Si puede, hágase acompañar por un veterinario y por un especialista en conducta. Estoy seguro de que, entre todos, elegirán al espécimen correcto. ¿Con qué edad lo compro?. La edad perfecta para separar a un cachorrito de su madre, ronda los tres meses y medio y depende, en mayor medida de que haya superado el Imprinting y periodo de socialización (2). A esa edad ya veremos un retrato de su futuro carácter y un boceto de su morfología. Piense que un perro, aunque sea feo, si su carácter es bueno será un excelente compañero pero, si es guapo y con una tara psíquica tendremos en él una fuente de conflictos.
Si el perro nace en casa podremos estimular su desarrollo psicofísico mediante el estudio de sus periodos vitales y de las manipulaciones adecuadas. Es muy gratificante ver crecer en armonía un cachorrito hijo de nuestra perra. Podremos actuar sobre él como si de un hijo se tratara, aumentaremos sus condiciones intelectuales, nivel de instintos y patrones ontogénicos de conducta. Por su parte, él no entenderá otra clase de vida que la que usted le enseña.
En el siguiente artículo, veremos como desarrollamos este programa que empieza en el periodo neonatal y acaba cuando nuestro perro no necesita más que mirar nuestra cara para saber lo que queremos de él.
Ahora pregunto yo. ¿Está usted dispuesto?. Si es así...¡Vamos a criarlo!.
(1). La Neotenia es un retraso en el desarrollo psicomorfológico de una raza que hace que sus individuos mantengan caracteres juveniles en la edad adulta del animal. Está en relación directa al periodo de domesticación de esa raza. Así, un Pastor alemán seguirá siendo un cachorro juguetón hasta que muera mientras un ejemplar de razas nórdicas, se asemejará más al lobo en sus comportamientos.
(2). El Imprinting o Impronta es la primera y más duradera forma de aprendizaje. Hace que un animal se identifique como miembro de una especie. El periodo crítico o sensible se produce entre las ocho y doce semanas de vida.
D. Antonio Pozuelos J. de Cisneros

27 de abril de 2013

La etología y nuestro perro.

La etología y nuestro perro.
D. Antonio Pozuelos J. de Cisneros

Como sabemos, la Etología es la ciencia que estudia el comportamiento de los animales en libertad y las soluciones que estos dan, a los problemas de supervivencia y reproducción.
La Etología aplicada es una derivación de la ciencia pura que nos ayuda a comprender los patrones de conducta de aquellas especies, que en su pasado fueron libres y ahora, acompañan al Hombre en calidad de animales domésticos.
Esta ciencia, como todas está basada en el método científico y este, a su vez, en la pregunta obligada, ¿Por qué?.
Si oímos a un ruiseñor cantar o a un perro ladrar y nos preguntamos; ¿Por qué?, estamos empezando a pensar como el primer etólogo que descubrió que los leones matan a los cachorros de los territorios que acaban de ocupar. Al ser esta conducta chocante, investigó y llegó a la tesis de que solo buscan elevar su aptitud mediante el infanticidio y eso, es bueno para ellos.
¿Por qué ladra el perro?. Seguramente encontraremos varias soluciones correctas para esta pregunta.
1.- Ladra, porque desciende de otros que sabían hacerlo.
2.- Ladra, porque han aprendido de sus mayores.
3.- Ladra, porque tienen un aparato fonador que se lo permite.
4.- Ladra, porque lo necesitan para sobrevivir o reproducirse.
Todas estas respuestas son acertadas pero, las dos últimas son las más adecuadas ya que las primeras son obvias. Pensamos entonces, que lo más importante en la vida del perro es sobrevivir y reproducirse. ¡Estamos en lo cierto!. Pero no creamos que estos afanes son exclusivos de los perros porque todas las especies (incluida la nuestra), participan de ellos.
Entonces, la supervivencia consistirá en llegar al periodo de reproducción ,vivo y en las mejores condiciones posibles para tener mucha descendencia.
Si el Perro desciende del Lobo y sigue manifestando casi la totalidad de sus patrones de conducta, podemos ir desgranando este concepto de supervivencia pensando en una manada de cánidos en libertad.
Para sobrevivir, el perro necesita en primer lugar lo que se llaman cuidados parentales. Los otorgan, como es lógico, sus padres y otros miembros de la familia. Necesita aprender todas aquellas conductas que le lleven a jerarquizarse para no ser expulsado del grupo o agredido por los adultos. Luego tiene que aprender a cazar lo que es igual que aprender a acceder a las fuentes de recurso. Si ha de continuar vivo deberá evitar la depredación y, ya cuando domine estas conductas, deberá ser el más apto en el cortejo para conseguir más cópulas y ser padre, tío y abuelo de más cachorros.
Cuando llegue a la época de reproducción, el atolondrado perrito que adquirimos un año antes, se habrá convertido en un ejemplar adulto capaz de proporcionarnos muchos años de convivencia agradable.
El perro, como todas las especies que forman grupos estables y duraderos, es muy gregario y disfruta de la cercanía del Hombre y sus familias y el concepto de gregarismo nos lleva a la primera pregunta ¿Por qué quiere estar con nosotros?. La respuesta es casi obvia: porque le solucionamos casi todos los problemas de supervivencia y reproducción.
Lo aprendió hace dieciseismil años y la verdad, es que le ha ido muy bien. A nosotros también nos ha solucionado muchos problemas que nos afectan hasta en la propia supervivencia y en la necesidad del gregarismo que también el Hombre posee.
El Perro siente por nuestra especie un cariño que no demuestra hacia ninguna otra. Es capaz de integrarse en nuestras jerarquías de grupo y, si lo convencemos, nos tomará por líderes y aceptará sin discutir cualquier orden que le demos por equivocada que sea. Si llegamos a pensar que este cariño es el único lazo que nos une a esta especie y que nuestro perrito entiende todas las conductas humanas, caeremos en el antropomorfismo que sería lo opuesto a considerar tonto a un animal por el mero hecho de serlo. Llegados a este punto surge la siguiente pregunta: ¿por qué es más feliz manteniéndose junto a nosotros que abandonado en la calle y a su libre albedrío?.
Los perros libres (Licaones, Dingos etc..), al igual que los lobos, tienen unas estructuras jerárquicas de grupo muy estrictas. Son gobernados por un señor feudal (macho ó hembra Alfa) que otorga beneficios a cambio de costes. Así, ellos comen más, cazan mejor, sus hijos están mejor cuidados y copulan con los mejores especímenes de la manda. Los gobernados no tienen estos privilegios pero comen, están protegidos contra la depredación y también, en menor grado, tienen descendencia. Si estos Betas no se revelan contra este sistema es porque les va muy bien con él. Tanto es así, que cuando un subordinado es derrotado por el dominante y expulsado de la manada, es inmediatamente depredado. La cooperación en la caza, la evitación conjunta de la depredación, la cría cooperativa y otros muchos factores hacen que nuestros perros, descendientes de estos, sepan muy bien que en el grupo está la fuerza. Y si algún lector se sorprende, pensad que nosotros opinamos lo mismo.

¿Quiere esto decir que yo, propietario de un perro, debo ser el señor feudal y él el siervo?. ¡Rotundamente, sí!. De no ocurrir así, ya se encargará él obligado por su instinto, a otorgarse la categoría de Alfa y a hacernos Betas a nosotros y entonces, empezarán los problemas que iremos viendo poco a poco, y en términos de pregunta a lo largo de estos artículos.
Si estamos convencidos de que nos debemos investir de la autoridad que ante nuestro perro ostentamos veamos pues, las atribuciones y los deberes a los que nos obliga nuestro mandato.
¿Debo entrar por la puerta antes que mi perro?.Por supuesto. ¿Qué soldado lo haría antes que su capitán?.
¿Por qué mi perro gruñe cuando me acerco a su comida?. Porque tú no le has enseñado a alimentarse cuando tu quieras y no cuando quiera él.
¿Le puedo dar unos sopapos para convencerlo de que yo soy el que manda?. Creo que a todos nos los han dado nuestros padres para enseñarnos modales y al final aprendimos a respetar al resto de la sociedad en la que vivimos. Estas preguntas sobre nuestro status y muchas más surgirán en sucesivos artículos. Las trataremos de contestar encuadradas en el orden cronológico, es decir, cuando se produzcan en la crianza y educación de nuestro amigo
Por supuesto el ser líder nos obliga a:
  • Prestarle atención al subordinado.
  • Cubrir sus necesidades básicas. (Otorgar recurso)
  • Cuidar de su salud. (Evitar su depredación).
  • Mantener en lo posible su éxito sexual.
Esto, básicamente, es solucionarle los problemas de supervivencia y reproducción.
Veamos ahora, otros conceptos etológicos que nos ayudarán bastante a entender la conducta de nuestro amigo, su inteligencia y su forma de decidir.
La inteligencia del perro es cualitativamente igual que la nuestra, es decir, tiene los mismos patrones inteligentes que nosotros. El problema es que cuantitativamente, está a muchos millones de años de evolución respecto a nuestra especie. Así, es capaz de predecir los resultados futuros de una acción. Si cuando es adulto y está educado, defeca en una zona que le hemos prohibido, sabe que cuando sea descubierto, será castigado.
También utiliza los procesos de la memoria de la misma forma que nosotros y sobre todo tiene una capacidad de aprendizaje súbito o resolución muy parecida a la nuestra. Esta capacidad es la que le permite solucionar problemas desconocidos utilizando los datos adquiridos en otro contexto similar. Pero, por encima de todo, está la humanización a la que ha sido sometido durante 16.000 años. Esta cualidad no la posee el Lobo ni ninguno de sus parientes y hace que el perro desarrolle ciertas habilidades humanas que le hacen superior a ellos en su evolución como especie. ¿Un perro es capaz de decidir?. ¡Claro que sí!. Si bien no lo hace recopilando tantos datos como nosotros, sus decisiones son bastante más básicas pero también más acertadas que las nuestras. Queremos decir que tienen una capacidad de no equivocarse superior a la humana. ¿Cómo deciden?. Ellos barajan una ecuación muy simple, la relación costes/beneficios. Realmente todos los animales toman sus decisiones basándose en esta ecuación. Nosotros los humanos, la sofisticamos buscando un montón de datos antes de actuar, ellos no. Si al andar, voy pegado a la pierna de mi dueño, recibiré caricias, si me adelanto sufriré un molesto o doloroso tirón, luego andaré pegado.
Aparte de esta capacidad decisoria, tienen algo a su favor respecto al humano, su nivel de instintos. Nuestra socialización, cultura, creencias o ética, nos obligan a veces a separarnos en nuestras decisiones de lo que nuestra biología nos demanda, pero a ellos no.
¿Es verdad que, el bien de la especie está por encima del bien del individuo?. De ninguna forma. Desde 1976 todos los etólogos, biólogos, psicólogos, sociobiólogos y antropólogos están de acuerdo en que es el individuo, con su egoísmo, el que hace que la especie evolucione. Por tanto en la canina, como no podía ser de otra forma, el perro que mejor vele por la solución de sus problemas de supervivencia y reproducción, será el más apto y el que nosotros necesitamos.
Insistimos tanto en este concepto para que, en los artículos sucesivos, comprendamos el enfoque desde el que debemos observar al perro. El necesita solucionar sus problemas y nosotros también.
Por último, es obligado hablar del concepto de dolor (para no herir la susceptibilidad de algún dueño que no esté de acuerdo en administrarle un sopapo a su perro en el momento oportuno.)
Decía Dawkin, que pensar que un perro sufre por estar encerrado es tan burdo como pensar que un pez debe ahogarse debajo de agua como nos ocurriría a nosotros. Los perros no sufren por las mismas cosas que nosotros aunque el concepto de sufrimiento sea igual que el nuestro. Queremos decir que si le damos un mamporro a un mastín con la fuerza suficiente como para hacer daño a un hombre, quizás lo que consigamos sea acariciarlo si este golpe no va unido a una presión emocional que le duela más que el sopapo. Hay niños a los que la sola mirada del padre les coarta y otros a los que ni los reformatorios los enderezan. Nos referimos a que los cánidos ven en el castigo algo que forma parte de su jerarquización y el dolor que sienten en él vendrá impuesto por su rango de percepción psicofísica. Si vemos los reportajes sobre los perros libres observaremos los tremendos mordiscos que Papá Dingo atiza a sus cachorros si pretenden comer antes que él. Esto si que es un castigo y no la amable regañera que sufre un perro cuando nos gruñe por acercarnos a su plato.
Bajo ningún concepto debemos brutalizar a nuestro amigo pero tampoco le pasará nada si, en el periodo educacional le recordamos que también a muchos humanos nos han dado un cachete a tiempo y ahora, somos buenos hombres y además sus líderes.
Estas breves nociones de Etología serán la base para ir desgranando, a lo largo de estos artículos, todos los ¿Por qué? y preguntas que nos formularemos sobre la conducta de nuestro perro a través de toda su vida.
D. Antonio Pozuelos J. de Cisneros

25 de abril de 2013

Hace 15000 años

Hace 15000 años
D. Antonio Pozuelos J. de Cisneros

En el próximo artículo les prometo que volveré a escribir sobre los temas que ustedes van proponiendo pero el otro díaa, mientras repasaba unos artículos relativos al origen genético de nuestros Truco y Kika, se me ocurrió hacer un "pequeño viaje" por su filogenia, domesticación, origen, expansión y transformación en los compañeros de los que ahora disfrutamos.

El fundador de la Etología moderna, premio Nobel y excelente divulgador científico, Konrad Lorenz, nos ofrece una romántica secuencia de hechos que propiciaron la aparición del perro doméstico. En el capítulo: "Cómo ocurrió o pudo ocurrir" de su libro: Cuando el hombre encontró al perro (1975), nos relata la posible odisea de los chacales en su afán de seguir al hombre en sus cacerías y, poco a poco, muy poco a poco, su "atrevimiento" al acercarse tímidamente a él. Un niño de hace mucho miles de años, trae a su cueva un pequeño cachorro de chacal al que otorga los cuidados parentales de su madre muerta en el campo.

Los chacales van perdiendo su timidez y van formando una alianza con el hombre. Los primeros les ayudan a detectar las piezas y defienden con sus voces de alarma los campamentos humanos. El hombre por su parte, regala a aquellos los huesos, tendones y partes duras de los animales cazados. Comenzaba la domesticación de Truco.

¡Claro que pudo ser así! El autor de esta hermosa teoría, fue asimismo el primero en sospechar que, el carácter del chacal es muy diferente al del perro actual. El primero es arisco, tímido y solitario mientras el segundo es gregario, tribal y muy jerárquico. El coyote pudo ser, según él, otro eslabón en su árbol filogenético pero...¡Faltaba el lobo! Este animal, aún hoy, es tremendamente parecido, en sus patrones de conducta, al canalla de Truco. Los dos son gregarios, tribales, bondadosos con los cachorros, "amigos de sus amigos" y tremendamente jerárquicos.

Entonces no se conocía el ADN nuclear ni mucho menos el mitocondrial y es por ello que nuestro maestro Lorenz llegó a unas conclusiones que, hasta hace muy poco tiempo, no han sido rebatidas. El perro, decía, se ha desdoblado en multitud de razas. Unas, por su carácter y morfología, tienen ascendencia chacal mientras otras la traen desde el lobo. Aún así, él intuía algo incorrecto y, pasado un tiempo llegó a aseverar, que el 95% de la ascendencia era lupina.

Los últimos estudios basados en el análisis de las secuencias del ADN mitocondrial de centenares de razas caninas domésticas, chacales, coyotes y lobos revelan una sola ascendencia lupina tan clara que nos hace descartar aquellas románticas teorías de la primera domesticación del chacal.

Evidentemente, tanto el chacal (Canis Aureus) como el coyote (Canis Latrans) pertenecen al mismo árbol filogenético de Truco pero con la misma relación actual que la que nosotros tenemos con los primates, es decir, pertenecemos al mismo árbol pero, poco a poco, nos hemos ido separando o lo que es lo mismo, tenemos un antepasado común pero no descendemos de ellos.

Después del hallazgo, nuestro Truco pasó a llamarse Canis lupus familiaris y éste nombre sí indica una descendencia directa pero... ¿No pudo ocurrir lo que Lorenz contaba del niño y el cachorro? Claro que si, pero el cachorrito era hijo de una loba.

La evidencia científica sitúa al padre progenitor en un lobo chino, es decir, allí nació nuestra Kika, en el Este asiático, hace 15.000 años. Los restos arqueológicos del Mesolítico encontrados en el mundo nos indican que Truco fue el primer animal que domesticamos en los albores de nuestra civilización. Datan de hace 14.000 años la presencia de perros en Alemania y de 12.000 en Israel. Hace unos 13.000 años el hombre cruza el estrecho de Bering (que en esa época era un puente helado) e introduce a Truco en el continente americano.

En mi tesis doctoral mantengo que una de las causas de la rápida expansión del hombre en ese continente fue la ayuda que le prestó su inseparable amigo porque, si domesticamos al perro en primer lugar, era porque lo necesitábamos para cazar y para protegernos. Aún más, reciente estudios demuestran que el perro entiende mejor nuestra expresión corporal, a la hora de buscar comida, que nuestros primos los chimpancés.

En principio, y como es lógico, había muy poca diferencia en la morfología de nuestros amigos pero, por un proceso de neotenia y selección artificial, se ha escindido su especie en la multitud de razas de las que disfrutamos ahora. No obstante, no olvide el amable lector, que nuestro Truco puede formar una buena pareja con una simpática loba o que Kika puede embelesar a todo un arrogante y potente jefe de manada lupina.

Le aconsejo que mire ahora en la profundidad de los ojos de su amigo. Quizás vea la imagen de aquel desvalido cachorrito de lobo al que un día, hace mucho tiempo, un buen humano protegió para que, de esa forma comenzara la odisea. Han pasado 15.000 años nada más.

D. Antonio Pozuelos J. de Cisneros

23 de abril de 2013

Perros callejeros

Perros callejeros

¿Qué es un perro vagabundo?
La respuesta, triste, pero cierta,el perro vagabundo, es aquel que tenía un hogar y un día su dueño le abandonó. Suelen estar por las calles de nuestras ciudades, durmiendo en las plazas, buscando entre las basuras, en vertederos, todo esto lo vemos habitualmente  y a nadie le extraña, es como si formaran parte del paisaje.

Si preguntamos, por estos perros, nos los describirán como, chuchos, mestizos, cruces de razas, mil leches… la gente, suele pensar, que los perros mestizos, son razas degeneradas, perros, menos perros, que los de pura raza. Pero esto no es así.

Fotos: Perros recogidos de la protectora, adiestrados en Obediencia, por A.C.G

Cuando observamos, a uno de estos híbridos, intentamos identificar, las razas que componen su genealogía. Diré, que aunque un perro, no parezca, de pura raza, no quiere decir, que sea un producto de un cruce de razas y porque un perro, sea vagabundo, no necesariamente, ha de ser mestizo. Además, son muy aptos, para el adiestramiento en distintos niveles.

La nueva vida, de un perro, al que han abandonado, va a ser dura, entre otros motivos, ese perro, antes de ser abandonado, no tenía que cazar para vivir, ahora, tendrá que buscar la comida , tendrá que acostumbrarse al clima de la calle, verano e invierno. Quizás antes, tenía una cunita o una caseta, ahora lo más que tendrá, será un cartón, si es que lo encuentra…, no todos los perros, que han tenido dueños, después son aptos para buscarse la vida solos, a parte de buscar comida, tendrá que sobrevivir a peleas, con otros perros, al peligro de ser atropellado por los coches, etc.., toda una aventura cada día de su vida y sólo los más aptos, lo conseguirán, el resto se quedarán en el camino.

En el caso, de conseguir sobrevivir, el día a día, en ocasiones, se forman "bandas" de perros callejeros, suelen ser perros discretos, como si quisieran pasar desapercibidos entre nosotros, van “a su bola”, entre ellos, se reparten el espacio y eligen su sitio, en el entorno, en ocasiones alguien, quiere acariciarlos, pero normalmente, rehuyen de las personas, sobretodo, los que han recibido, alguna patada gratuita, por parte de algún viandante.
Perros recelosos y con miedo, por lo tanto, el miedo, es un factor, a tener en cuenta, es, este miedo, el que les hará mordernos, si queremos llegar a ellos.
Otra razón, por la que el perro vagabundo, puede ser agresivo ante las personas, es que , a medida, que la calidad de la comida aumenta, la agresividad en los perros aumenta, cada perro, asumirá mayores riesgos ,para conseguir comida de mayor calidad y además, luchará por ella. En nuestras ciudades, las basuras, están repletas de manjares, para ellos, así que, es aconsejable, guardarle el aire, al perro que come, de la basura, puede pensar, que le queremos quitar su menú y atacar.
En Nueva Guinea, hay unos perros vagabundos, que son “perros cantores” cantan con el fin de tener éxito en la función reproductiva,viven en grupos y su territorio está fuera del pueblo.
Curiosamente para marcar esos territorios, cantan de un modo especial con trinos y estructuras similares a los cantos de los pájaros, ni que decir tiene que esta conducta es poco corriente en un perro.
Son cantos, al estilo tirolés, bien modulados y trinos agudos. Su canto recuerda al de los pájaros, estos cantos tienen un fin, es atraer a las hembras a su  territorio y realizar las copulas.


Foto: Perro cantor

En algunas partes del mundo, el perro, es sólo un animal doméstico más, valorado como alimento y por su piel para elaborar prendas de calidad. En China, se comen a los perros, los cachorros son los más caros, porque su carne dicen es deliciosa
En navidad, se compran perros, que en verano se abandonan. Los perros no han de abandonarse, cuando no lo quieras, es tan sencillo como, buscarle un nuevo dueño, que lo atienda bien,o dejarlo en la protectora.
Puede, que tu peluchín de hoy, no sobreviva mucho tiempo en la calle o incluso, termine en la cazuela de otro, mañana.
En resumen : antes de tener un perro en casa, piensa en todo el trabajo que te dará y si eres capaz de dedicarle el tiempo (entre otras cosas) que necesita, acógelo, de lo contrario, pasa de largo y deja al perro tranquilo, que él no te ha llamado. De ese modo, se contribuye a que las ciudades, dejen de estar plagadas de perros abandonados, como zapatos viejos, que un día nos gustaron mucho y después de usarlos han dejado de gustarnos, sólo, que la diferencia, es que, el perro, aunque, a muchos les parezca mentira, tiene sentimientos y esas conductas anómalas, del hombre, le hacen daño, no sólo al perro, sino a otras personas, que como a mi, nos gustan los animales.
Si tienes un perro, cuídalo y No lo abandones .

Eva León

20 de abril de 2013

El sentido del olfato en los perros

El sentido del olfato en los perros



El olfato de
nuestras mascotas








Un modo de relacionarse con su mundo

El medio ambiente está constituido por una serie de elementos diversos con las cuales los animales se relacionan, de la misma manera que nosotros los seres humanos, a través de los cinco sentidos. De esta manera aprenden las diferentes sustancias, y experimentan las sensaciones contrapuestas de dolor - placer, calor - frío, dulce - amargo, y tantas otras.

Pero por otro lado, la mayoría de las especies han sido dotadas con el desarrollo particular de algún sentido, o bien a veces con determinadas habilidades especiales. No es extraño que un lince pueda ver detalles que jamás percibiría un ser humano, o que un caballo pueda recorrer distancias infinitamente más largas que otros animales, debido a sus características físicas. En el caso del perro, podemos asegurar que una de sus mejores maneras de relacionarse con el mundo exterior es el olfato.

Una de las principales características de todas las razas caninas es el hecho de estar dotadas de un especial sentido del olfato, que no sólo les sirve para relacionarse de manera particular con su mundo exterior, sino que además les permite percibir sensaciones que al ser humano les sería imposible. Esto hace que el perro, cualquiera sea su raza, se haya transformado en un excelente compañero de trabajo para el hombre en gran cantidad de actividades diversas.

Es fácil advertir que lo primero que hace el perro cuando un desconocido entra a su casa es olfatearlo de arriba a abajo, para recién después, tal vez, observarlo.

También es habitual ver que los cachorros, especialmente aquéllos pertenecientes a ciertas razas más aptas para la caza, pasan largas horas olfateando los zócalos de su propia casa. ¿Por qué?. Simplemente, están conociendo el lugar donde viven, y están reconociendo, además, su propio sentido del olfato. De esta manera aprehenden olores diferentes que pertenecen al mundo en el que viven.


¿Cómo utilizan los olores “aprehendidos” los perros?


A la pregunta de por qué el olfato de los perros está más desarrollado que el del hombre. La respuesta, aunque no del todo sencilla, es lógica: La anatomía de la nariz del perro favorece su desarrollado olfato en cuanto, en primer lugar, las cavidades nasales tienen una orientación que permite ampliar el campo olfatorio. Por otra parte, al ingresar en la nariz el aire se separa en dos corrientes: la primera va hacia los pulmones, como ocurre con todos los mamíferos, pero existe también en los perros una segunda corriente que se dirige en forma directa a las células olfatorias, mediante las cuales el reconocimiento de los olores por parte del perro se fija en forma de imagen olfativa. De esta manera, cada uno de los olores es reconocido como signo de determinadas circunstancias, y cada vez que el animal vuelve a percibir un olor ya conocido, sabe exactamente a qué circunstancia corresponde.


El entrenamiento del olfato en los perros
Los perros de caza sabuesos o los perros de rastro detectan fácilmente los olores dejados por animales u otros individuos a lo largo de una pista. De la misma manera, aquéllos entrenados para la búsqueda de personas sepultadas bajo escombros o avalanchas de nieve, pueden detectar su presencia. Hay otros, que por su entrenamiento, les resultan más familiares diversas sustancias como explosivos o estupefacientes; ellos detectan con facilidad e incluso a grandes distancias la fuente odorante (elemento que produce el olor).

Pero a pesar de que su olfato está muy desarrollado por naturaleza, el entrenamiento permite que el perro pueda reconocer más fácilmente un determinado olor e incluso que se haga su olfato más sensible a él, si se lo pone periódicamente en contacto.

Por otro lado, el adiestramiento permite aumentar el poder de discriminación de olores diferentes, y de esta manera un perro experimentado puede incluso llegar a distinguir diferentes componentes odorantes (olores) en una misma pista.

Pero si bien la capacidad de distinguir o diferenciar olores es en el perro una cualidad dada, no debe olvidarse que, hasta no hace mucho tiempo, el perro utilizaba su olfato para buscar alimento, motivación primordial para él. De la misma manera, para incentivar a que el animal busque un determinado olor, es imprescindible asociar una motivación al olor descubierto, de manera que el perro pueda indicar su presencia.


Agradecemos la colaboración para la publicación de esta cartilla sobre el olfato a:

Gustavo Iglesias, Director Editorial de Magin Producciones & Market Consulting
Av. Rivadavia 5431 P.B. "3" - C1424CEJ - Buenos Aires - Argentina

17 de abril de 2013

El Manoseo

El Manoseo

por Pascual Boronat


INTRODUCCIÓN.


El autor publica este árticulo en Julio del 93 en la Revista de la Canina de Valencia, como fruto de las experiencias acumuladas por los trabajos en educación canina realizada sobre cachorros de todas las razas, entre los 2 y los 6 meses de edad. Dichas practicas se realizaron en primer lugar por mí y a continuación por su propietario una vez a la semana en mi consulta y el resto de los dias de la semana por el mismo y en su propia casa. En la actualidad, son más de 1000 perros a los que se les ha practicado el MANOSEO, en el Centro de Educación Canina de Misana y otros tantos los guías que han apredido a realizar de forma rutinaria dicha actividad. El seguimiento de la conducta del perro, ante las manipulaciones, ha sido comprobada hasta que el perro ha terminado sus enseñanzas en la escuela, un porcentaje elevado a los 14 meses y una minoria a los 24 meses de edad, presentando siempre una alta estabilidad emocional y un adecuado comportamiento. No he tenido constancia de que ninguno de los ejemplares presentara problemas de conducta en el veterinario o exposiciones, a lo largo de toda su vida.

CONSIDERACIONES INICIALES.


Si bien cada perro es único en su forma de ser, cada sexo tiene sus diferencias, y en cada edad tiende a presentar unas determinadas conductas, sobre todo en su etapa de cachorro, cada raza determina, en rasgos generales unas determinadas tendencias. Por ejemplo, los propietarios de un Rottweiler de exposición son conocedores de su reticencia a dejarse ver los dientes ante el Juez de Belleza. Así como los Belgas evitan el toqueteo de sus cataplines o de su rabo. Lo cual no quiere decir que existan Rottis que no se dejen tocar sus atributos masculinos así como pueden existir Belgas que no se dejen ver la boca.

En general a ningún perro le gusta que le exploren o a no ser que haya aprendido mediante refuerzos positivos a sufrir una invasión de ciertas zonas de su cuerpo.

LA INNOVACION.


¿Qué se puede aportar al mundo del perro que no haya sido ya utilizado? Poco, pero muy interesante y útil.Vamos a ver: todo el mundo toca a su perro, le acaricia pero de poco le sirve cuando intenta que se esté quieto mientras le pone unas gotas de colirio en sus ojos. Todos los expositores veteranos tienen unos perros super estáticos mientras estan en el ring o en la mesa de peluquería, pero emocionalmente sosos o apagados. Incluso los etólogos clínicos se han dado cuanta de la utilidad de estas prácticas recomendandolas desde la más temprana edad del perro, pero se han olvidado de una cosa muy importante: del PREMIO. Quizá consideren que la voz sosegada del dueño, las caricias y el empezar la habituación en el 2º mes de la vida del perro son motivo de éxito. Aunque según mi experiencia el éxito es mayor cuanto mayor sea la recompensa y el premio que vamos a utilizar es el refuerzo un instinto primario, de supervivencia: EL AGUA.

OBJETIVO


  • Habituación del perro a ser tocado por su dueño.
  • Mantener el estado emocional estable a pesar de las manipulaciones que realicemos en su cuerpo.


VENTAJAS


  • Estabilidad emocional en su presentación en Exposiciones Caninas y Test de carácter o socialización.
  • Facilita la labor en la clinica veterinaria (exploraciones, curas, vacunas...) y en la peluquería canina.
  • Garantiza la dominancia del dueño sobre el perro sin ningún traumatismo para nuestro amigo de 4 patas, diferiendo sobre la producida por la técnica del Dominance-Down.


EDAD IDEAL DE INICIO.


Al principio de la etapa de socialización, en la mayoría de razas caninas, a partir del día 19º de su nacimiento. Lo normal es empezar las prácticas al adquirir el cachorro, NUNCA en la 9ª semana de vida.

ESTABILIDAD EMOCIONAL SEGÚN SU PERFIL CANINO.


Coincidiendo con las observaciones de Daniel F. Tortora, especialista en conducta, clasifico la estabilidad emocional de diversas razas en:

  • Muy Inestables: Cocker Spaniel, Doberman, Bobtail.
  • Inestables: Afgano, Pastores Belgas, Collie, Teckel, Pastor Alemán, Caniche Enano, Yorshire Terrier, Podenco Ibincenco, Perro de Aguas Español, Pequinés, Gos d'Atura.
  • Estables: Akita Inu, Airedele Terrier, Alaska Malamute, Beagle, Boyero de Flandes, Boxer, Chow Chow, Fox Terrier, Pointer, Labrador Retriever, Rottweiler, Schnauzer, Siberian Husky, Perdiguero de Burgos.
  • Muy Estables: Basset Hound, Gran Danés, Mastín Español, Mastín de los Pirineos, Setters, Bulldog Inglés.


¿DÓNDE REALIZAREMOS EL MANOSEO?


  • Hasta los 5 meses subiremos al cachorro en una mesa estable, desaconsejamos los bancos donde pueda refugiarse en la pared. Para jóvenes y adultos que se inicien en este ejercicio utilizar una sólida mesa.
  • Realizaremos las prácticas en una habitación tranquila y sin visitas.
  • A partir de los 6 meses en cualquier lugar con distracciones o en el club de trabajo.



¿CUÁNDO REALIZAREMOS EL MANOSEO?


Hasta el 5º mes:

  • Después de mantener una relación agradable con el cachorro y haberle "quemado" parte de su exceso de energía, mediante los juegos de pelotas o mordedores.
  • Al volver después de un largo paseo por el campo. ¡Cuidado con el agua!

Para jóvenes y adultos novicios: Tras las practicas de trabajo, paseo en bicicleta, después de un fuerte ejercicio físico.

¿CÓMO REALIZAREMOS EL MANOSEO?


Subiremos en brazos al perro a la mesa, capturandole, y no llamándole para que venga. Le daremos un mini trago de agua y le diremos: Prou (en valenciano: bastante) que te la terminarás, el agua no, la sed. Retirándole a continuación el bebedero que lo dejaremos en un banco adjunto y no encima de la mesa.

Empezamos el manoseo en el siguiente orden:

Cogiendo su cabeza como si fuera un sandwich formado por nuestras manos dejando libres nuestros 2 pulgares. Con habilidad si hace falta nos podemos auxiliar de la correa o el collar. Bajar el párpado inferior, si la coloración de la mucosa es rosada o roja el perro está normal, si es blanca o pálida puede sufrir algún tipo de anemia. Al comprar el perro observar si existe entropión (pestañas que contactan con el globo ocular) o ectropión (caso inverso). En las primeras prácticas no quitarle ni las legañas.

Reteniéndole de la parte inferior del cuello con una mano, con la otra observaremos cada una de las orejas. Tener la precaución que aconsejan los otorrinos: no meter en el interior de la oreja nada más pequeño que el codo. Podemos limpiar el pabellón externo de la oreja, por su cara interna, con toallitas que existen ex profeso en el mercado. No utilizar bastoncillos. En las primeras prácticas no arrancar los pelos internos, si nuestro perro es del colectivo de razas en que es aconsejable realizar dicha función.

Sujetar con firmeza con una de nuestras manos, la piel de la parte inferior del cuello, en el punto donde debajo de la boca del perro se inicia la papada. Con la otra mano, no abrirle la boca, sino levantar los belfos laterales uno a uno y por último la zona de la trufa para ver sus incisivos. CUIDADO en no ejercer presiones en la nariz, aplastarle los pelos del bigote produce dolor sobre todo en las razas de perros que tienen cerdas duras.

En las primeras prácticas no limpiarle la suciedad de su trufa, de restos de comida o tierra.

El cachorro debe permanecer de pié sobre sus cuatro patas, si se sienta, debemos colocar una mano en su ingle, frontalmente, de manera que la palma de nuestro mano contacte con la cara interna su muslo, de inmediato se levantará, con la mano que nos queda libre acariciarle el dorso, grupa, flancos y rabo. Después pasarle una carda o manopla de goma sin grandes afanes de limpieza.

Los perros no tienen clavícula y sus brazos entroncan con su caja torácica mediante tendones, es lógico que recelen de que se les provoque alguna lesión. Si toleran que levantemos y doblemos sus metacarpos, muñecas hacia atrás para explorar sus membranas interdigitales, buscando espigas del campo, garrapatas. Después de las prácticas iniciales podremos aplicar ceras endurecedoras o aceites para curar sus grietas.

Traccionar sus piernas hacia atrás podremos observar las almohadillas plantares, al tocarle con nuestros dedos produciremos cosquillas, algunos ejemplares dan coces.

Es la prolongación de la columna vertebral, por lo tanto una zona sensible, debe tratarse con delicadeza. No levantar en exceso, duele. Dialogar con el Dr.Veterinario para evitar introduzca el termómetro para comprobar su temperatura o para comprobar si tiene parásitos, a no ser que sea imprescindible. Es probable que al observar la estabilidad de nuestro cachorro opte de realizar exploraciones excesivas.

En el 6º mes de vida del cachorro, deben de haber descendido hasta el escroto, comprobar si hay dos. Practicar a encontrarlos mediante la utilización del dedo pulgar, índice y corazón. No hace falta verlos, con tocarlos con rapidez y suavidad, sobra.

En las primeras sesiones utilizar un pulverizador, después pasaremos al uso del ruidoso spray. No pulverizar ni en la cabeza ni en el pecho. Cepillar todo su cuerpo con una carda suave, primero por el envés y después por la parte correcta de la carda, donde están las púas.

Utilizar un premio al que ningún perro puede renunciar: EL AGUA. Destribuirla puntualmente: Primero al subirle a la mesa y después de cada manipulación de cada una de las partes del cuerpo darle un pequeño sorbo de agua, de forma que al perro le quede sed, que podrá saciar cuando estemos realizando la última intervención. mientras pulverizamos y cepillamos su cuerpo.

El hecho de satisfacer la necesidad de beber permite al perro deducir que el manoseo es positivo y agradable, incentivándole a colaborar en dicha actividad.

OBSERVACIONES


  • A las dos semanas de prácticas, antes de bajarle de la mesa y después del último trago de agua, colocarle en "stat" unos 5 segundos, bajarle en brazos y mostrarle nuestra alegría palmoteando nuestras manos.
  • Si el cachorro se resiste a ser manipulado, hay que fatigarle más en los juegos o paseos y realizar el manoseo con mayor brevedad "mordiendole" con nuestra mano izquierda, debajo del cuello, en la parte alta de la papada. Cuando cesen sus devaneos darle un trago de agua, acariciarle cualquier parte del cuerpo no conflictiva y paciencia. El cachorro necesita comprobar que no vamos a causarle ningún daño. No gritarle NUNCA.
  • No practicar el manoseo mientras come.
  • Todos los objetos que utilicemos en la manipulación le serán presentados con anterioridad para que los huela.
  • Al principio ser breves, podemos realizar el manoseo en tres minutos.
  • No es conveniente practicar los ejercicios en la novena semana de vida del cachorro, nuestro can necesita disputar su jerarquía, si le vencemos quedará muy hundido moralmente y si perdemos tendremos que cambiar de lugar de prácticas, incluso necesitaremos de alguien que nos ayude.
  • Si a nuestro perro no se le ha manoseado , empezar los ejercicios como si fuera un cachorro, subirle a la mesa un rato, darle de beber y empezar desde el principio, hasta realizar las prácticas en el suelo.
  • Al terminar la sesión del manoseo, comprobar en que medida le ha afectado a nuestro amigo, el realizarle este ejercicio: si quiere jugar con nosotros podremos aumentar las manipulaciones, si por el contrario nos huye y se esconde dejarle solo. Procurar que en la siguiente sesión que tenga una mayor sed, mayor fatiga y más breves en el manoseo.
  • La primera práctica vale por un millón, luego mentalizarse que vais a trabajar, tener todos los preparativos y actuar metódicamente. Suerte.

NOTA FINAL.


El autor autoriza la reproducción de este artículo siempre que se cite la fuente.

AUTOR


15 de abril de 2013


Entrenamiento con Clicker: Una aplicación práctica de la Teoría del Condicionamiento Operante


por Juan Sangüesa Massiel, 2005



RESUMEN
Por medio de este documento intentaremos explicar la aplicación práctica de una de las teorías del aprendizaje más conocidas, el condicionamiento operante. Esta aplicación es utilizada principalmente para el adiestramiento canino y el condicionamiento de otros animales. El marco teórico en el cual nos hemos situado emerge de la tradición conductista, que es la que mejor ha estudiado el comportamiento y el aprendizaje en los animales. Es por esto que hemos omitido deliberadamente otros puntos de vista igualmente válidos acerca de los fenómenos cognitivos involucrados en el aprendizaje de los seres humanos.

Palabras clave:
Aprendizaje, condicionamiento, operante, reforzamiento, programas, clicker, estímulo, respuesta.

ABSTRACT
In this paper, we will try to explain a practical use of one the most famous learning theories, operant conditioning. This technique is mainly applied for dog training and the conditioning of other animals as well. The theoretical corpus in which we have focused, stems from the old behaviorism, for this is the school that has made the best efforts in understanding the true nature of the learning processes of animals. This is why we have purposefully left out some other valid theories about the cognitive phenomena involved in human learning.

Key words:
Learning, conditioning, operant, reinforcement, programs, clicker, stimulus, response.

¿Qué es aprendizaje?
Durante años nos hemos estado preguntando acerca del aprendizaje en todas sus formas y hemos tratado de explicarlo a través de diversas teorías.

Una definición bastante aceptada, aunque engañosa por su simplicidad, es que se trata de un cambio en la conducta debido a la experiencia (Chance, 1995). Aquí podemos apreciar que tratamos con dos temas interrelacionados, los eventos del organismo (respuestas) y los eventos del ambiente (estímulos). La relación entre ambos tipos de eventos ha sido largamente discutida y analizada, además de sometida a experimentos de toda índole, los que han permitido el desarrollo de todo tipo de conceptualizaciones y aplicaciones prácticas.

Condicionamiento clásico
El destacado fisiólogo ruso y ganador del premio Nóbel, Ivan Petrovich Pavlov (1849-1936), se encontraba realizando experimentos acerca del rol de la salivación en la digestión, cuando se percató de que los perros de su laboratorio salivaban frente a estímulos distintos a la comida. Esto fue un hallazgo, ya que la salivación es un acto reflejo que ocurre espontáneamente frente a la presentación de comida, sin embargo, los perros de Pavlov empezaron a salivar frente a la sola presencia del asistente que les traía la comida. Acertadamente, Pavlov, teorizó que los perros habían aprendido a anticipar la comida luego de la aparición de ciertas señales y, gradualmente llegaron a asociar esas señales con la comida. De este modo, el reflejo (respuesta incondicionada) que normalmente ocurría frente a la comida (estímulo incondicionado), podía ser condicionado para que ocurriera frente a una señal (la visión del asistente) que predecía con seguridad la llegada de la comida. Así, un estímulo en principio neutral, al aparearse en forma sucesiva con el estímulo incondicionado, llegaría a transformarse en un estímulo condicionado, capaz de elicitar por si solo el reflejo, que en este caso pasaría a llamarse respuesta condicionada.

Pavlov llevó a cabo una investigación sistemática sobre los reflejos condicionados. Encontró que las respuestas condicionadas ocurrirían también ante estímulos similares al estímulo condicionado usado originalmente, a este fenómeno le llamó generalización. También se puede establecer como requisito que el animal realice una respuesta condicionada frente a un tipo específico de estímulo y no ante otros, lo que conocemos como discriminación.

Los descubrimientos experimentales de Pavlov acerca de los reflejos condicionados sirvieron como base conceptual para explicar algunos aspectos del comportamiento canino. En alguna medida esto fue beneficioso y útil; pero, sin embargo, también condujo a una visión un tanto mecanizada del perro. (Campbell, 1992)

Conexionismo
Edward Lee Thorndike (1874-1949) realizó una importante contribución al campo de la investigación acerca del aprendizaje. Durante su especialización en Psicología en Harvard, desarrolló una serie de experimentos con animales. Los más famosos los realizó con gatos, a los cuales encerraba –hambrientos- en “cajas problema”, las que sólo podían ser abiertas mediante dispositivos especiales ubicados al interior de las mismas (una polea, por ejemplo). La comida esperaba afuera, a la vista, pero fuera del alcance del gato. Thorndike observó que los gatos, en un comienzo, emitían toda clase de respuestas ineficientes, como tratar de salir masticando los barrotes de la jaula o tratar de empujar contra las barreras, hasta que, finalmente, llegaban por accidente a manipular el dispositivo, con lo que lograban escapar y comer. La siguiente vez que eran puestos a prueba, seguían una secuencia similar de comportamiento hasta llegar a la respuesta correcta, pero a medida que se repetía el experimento, los gatos demoraban cada vez menos en accionar la polea o palanca.

Thorndike propuso dos leyes de la conducta tanto animal como humana (Leahey, 1998). La primera fue la ley del efecto: “de las muchas respuestas dadas a la misma situación, las que van acompañadas o inmediatamente seguidas de satisfacción para el animal, en igualdad de condiciones, se conectarán más firmemente con la situación; de manera que cuando ésta vuelva a presentarse, volverán a presentarse con gran probabilidad”. La segunda ley es la del ejercicio: “Toda respuesta a una situación en igualdad de condiciones, se conectará más fuertemente a la situación en proporción al número de veces que ha sido conectada a esa situación, y al vigor y duración medio de las conexiones”. (Thorndike, 1911. cit. por Leahey, 1998)

Condicionamiento operante
A partir del trabajo de Thorndike, B.F. Skinner realizó, en la década de los 30, una serie de estudios que lograron un gran avance en nuestra comprensión de los procesos de la conducta y el aprendizaje. En su libro "The behavior of organisms" (1938) (La conducta de los organismos) resumió la mayoría de sus conceptos centrales (Leahey, 1998). Skinner diseñó una caja de experimentos conocida hoy como "la caja de Skinner", elemento estándar en todo laboratorio conductual que se precie de tal. En esta caja, instaló una palanca que, al ser accionada por el sujeto (una rata o una paloma), permitía la aparición de un pellet (comida). Este procedimiento le permitió variar las condiciones en forma metódica y precisa para averiguar que sucedía en las distintas circunstancias. Al deprivar al animal de comida, llevándolo a un peso ligeramente inferior al normal, y poniéndolo en la caja, Skinner se dio cuenta que la tasa de presión de la palanca aumentaba significativamente. Si, por el contrario, al presionar la palanca el sujeto recibía un aversivo, la tasa disminuía rápidamente. Este procedimiento en el cual la conducta se fortalece o debilita fue llamado condicionamiento operante, pues se creía que la conducta opera sobre el ambiente. El comportamiento es típicamente instrumental al producir tales consecuencias, así que a esta clase de aprendizaje también se le llama condicionamiento instrumental (Chance, 1995).

“Una respuesta que ya se ha producido no puede, desde luego, predecirse o controlarse. Podemos predecir solamente que ciertas respuestas similares se producirán en el futuro. La unidad de una ciencia predictiva no es, por tanto, una respuesta sino una clase de respuesta. La palabra "operante" es la que utilizaremos para designar esta clase. El término pone de relieve el hecho de que la conducta opera sobre el medio ambiente para producir consecuencias. Las consecuencias definen las propiedades por las que las respuestas se llaman similares. El término se utilizará tanto como adjetivo (conducta operante), cuanto como sustantivo para designar la conducta definida por una consecuencia dada.” (Skinner, 1953)

Reforzamiento
Aún cuando Skinner se interesó principalmente en los reforzadores positivos, aquellos que al ser presentados en contingencia con una respuesta hacían más probable la repetición de la misma, reconoció también la existencia de los reforzadores negativos. Los reforzadores negativos son estímulos aversivos, que el organismo trataría normalmente de evitar. Entonces, el refuerzo resultaría de la ocurrencia de un reforzador positivo, pero también de la terminación de un reforzador negativo. Un ejemplo sencillo es el del frío, actuando como reforzador negativo para la operante de ponerse un abrigo; otro ejemplo es el de un shock eléctrico sostenido, cuya terminación es evidentemente reforzante. Entonces, podemos reforzar una respuesta ya sea presentando un refuerzo positivo o eliminando uno negativo.

Es importante destacar que los reforzadores, tanto positivos como negativos, pueden ser condicionados. Si un estímulo neutro es presentado en contingencia con el reforzador positivo, ese estímulo llegará a adquirir por sí solo la capacidad para reforzar la conducta. Lo mismo vale para los refuerzos negativos.

Los reforzadores son relativos, no absolutos. La lluvia es un refuerzo positivo para los patos, negativo para los gatos e indiferente para las vacas. La comida no es un refuerzo si estás repleto. Para que sea reforzante, el ítem elegido tiene que ser algo que el sujeto quiere. (Pryor, 1984)

Extinción
Cuando se retira el reforzamiento a una respuesta operante, la frecuencia de la conducta disminuye gradualmente según el proceso de “extinción operante”. “Si dejamos de darle comida, la paloma dejará finalmente de levantar la cabeza. En general, cuando practicamos una conducta que ya “no vale la pena”, nos sentimos menos inclinados a comportarnos de esa manera” (Skinner, 1953). Existen varios efectos secundarios interesantes de la extinción. Uno de ellos es la variabilidad de la conducta, una rata que ha aprendido a presionar una palanca para obtener comida puede, durante la extinción, presionarla con más fuerza o utilizar su nariz en lugar de la pata, o emplear las dos patas en vez de una. (Chance, 1995). Otro resultado es un incremento inicial de la respuesta que se pretende extinguir, lo que trae aparejado –al no encontrar el refuerzo acostumbrado- una reacción emocional de frustración o ira. “Una paloma que no ha conseguido reforzamiento se aparta de la llave, piando, batiendo las alas y practicando otras conductas emocionales” (Skinner, 1953).

Se habla de recuperación espontánea cuando el organismo vuelve a emitir una operante que ya había sido extinguida, lo que puede ocurrir producto de varios factores, como por ejemplo el encontrarse nuevamente en una situación o contexto en que la respuesta había sido reforzada en el pasado.

Castigo
Con frecuencia tiende a confundirse el castigo con los reforzadores negativos. La diferencia fundamental estriba en que si los reforzadores lo son en tanto aumentan la probabilidad de que una respuesta operante se repita, el castigo hace justamente todo lo contrario: disminuye la probabilidad de que una operante sea emitida nuevamente.

Hablamos de castigo positivo -o tipo 1- cuando a una respuesta le sigue la aparición de un estímulo aversivo. Al igual que en el reforzamiento la palabra positivo sólo tiene el significado de presentación de la consecuencia; la palabra castigo entonces sería sinónimo de debilitador. (Davidoff, 1989) Si apoyamos las manos sobre una estufa encendida, nos quemaremos las manos y probablemente en el futuro evitaremos repetir esa acción. Entonces decimos que esa conducta ha sido castigada.

En el castigo negativo –o tipo 2- la respuesta es debilitada por medio de la posposición o retiro de un reforzador que la hubiera sucedido y que el organismo esperaba. Un ejemplo sería el retiro de los permisos de conducir a los conductores que cometen infracciones del tránsito (se les priva del privilegio de conducir su automóvil) o el retirar el postre de un niño que se ha portado mal durante el almuerzo familiar. En vista de que la conducta “tiene un precio”, a menudo se le llama al castigo tipo 2, costo de respuesta. (Chance, 1995)

En general, Skinner consideró al castigo como un método pobre de modificación de conducta por varias razones, entre ellas tal vez la más importante sería que el castigo trae aparejadas respuestas emocionales negativas indeseables y que pueden ser asociadas con estímulos diferentes a los que el castigador pretende, incluidos los estímulos del propio castigador.

Programas de reforzamiento
Existen variados programas de reforzamiento en el entrenamiento de respuestas operantes. Se puede reforzar una conducta cada vez que es emitida (reforzamiento continuo) o cada cierto número de veces (refuerzo intermitente). Este último puede ser regular, administrando el refuerzo después de un número fijo de repeticiones de la operante; o bien, puede ser variable e impredecible. Cada programa afecta a la conducta de una manera diferente, lo que hace que cada programa se preste mejor para determinados procesos específicos durante el aprendizaje y entrenamiento de las respuestas.

El reforzamiento continuo parece ser el mejor método para condicionar la conducta en las fases iniciales del aprendizaje, ya que cada reforzamiento fortalece la conducta y esto produce un aumento rápido en la tasa de respuestas. Sin embargo, en la naturaleza, los refuerzos en general no aparecen en forma continua. Un lobo, por ejemplo, no todas las veces que se lanza a la captura de una presa logra su cometido, pero no por esto abandona su hábito de cazador.

Programas de razón
Los programas de razón especifican que el reforzador debe ser administrado después de un número determinado de respuestas. Cuando este número de respuestas es siempre e invariablemente el mismo, hablamos de un programa de razón fija. Los animales que trabajan bajo un programa de razón fija responden con tasas bastante altas, ya que mientras más trabajen, más refuerzos obtendrán. Sin embargo se produce una pausa después de la administración del reforzador, un descanso antes de reanudar el trabajo.

En cambio, en un programa de razón variable, el reforzador será administrado después de un número variable de respuestas. El ejemplo clásico es el de las máquinas tragamonedas, en el que los jugadores nunca saben cuándo ganarán. Los animales que están bajo este programa trabajan bastante rápido y sin descanso. La incertidumbre de desconocer cuando llegará el próximo reforzador hace que el organismo trabaje de manera constante. (Davidoff, 1989) Este tipo de programa de razón variable es el que más encontramos e la naturaleza y en muchas de las situaciones sociales humanas; además presenta una resistencia alta frente a la extinción.

Programas de intervalo
Estos programas dependen del paso del tiempo. Para entregar el reforzador se debe esperar a que se cumplan dos condiciones; primero tiene que haber pasado un tiempo determinado desde la administración del último refuerzo y, segundo, la operante debe ser emitida después de que ha transcurrido el intervalo.

En los programas de intervalo fijo, los períodos de tiempo entre refuerzos son constantes, como por ejemplo en los trabajos asalariados, en que el sueldo es recibido todos los meses en la misma fecha.

Se ha observado que en este programa, la tasa de respuesta es desigual; después de la administración del refuerzo, la frecuencia de respuestas baja. Después, aumenta en forma estable durante el intervalo y alcanza su máximo punto justo antes de la presentación del reforzamiento.

Control de estímulos
El control de estímulos se produce cuando se introduce un estímulo previo a la ocurrencia de la conducta operante y se refuerza sólo cuando este estímulo, llamado discriminativo, aparece. “Supongamos que entrenamos a una rata para presionar una palanca, reforzando sus presiones sólo cuando una luz se enciende por encima de la palanca. En poco tiempo, la rata llegará a presionar la palanca cuando la luz se encienda. Puede parecer que el estímulo luz provoca respuesta, pero según Skinner no es así. La luz señaliza la disponibilidad del reforzamiento, permite al organismo discriminar una situación de reforzamiento, de una situación de ausencia de reforzamiento, y, por tanto, este estímulo recibe el nombre de discriminativo.” (Leahey, 1998)

Conducta supersticiosa
La conducta supersticiosa se podría conceptualizar como una creencia falsa con respecto a causa y efecto. Esta situación puede surgir producto de la contingencia accidental entre una determinada respuesta operante y el reforzamiento.

Skinner realizó el siguiente experimento con palomas hambrientas; las puso en una caja de las que llevan su nombre, y proporcionó alimento cada 15 segundos sin importar lo que las palomas estuvieran haciendo. De este modo, se vieron condicionadas las más diversas respuestas. Algún ave que se encontraba dando vueltas aceleró esta actividad; otra incrementó mover la cabeza hacia delante; una mas, balancear el cuerpo. (Davidoff, 1989) Las palomas se comportaban como si creyeran que lo que estaban haciendo cuando se presentó la comida hubiera sido la causa de que esta se presentara.

Estas conductas supersticiosas resultaron ser bastante resistentes a la extinción. (Davidoff, 1989)

Algunas aplicaciones del condicionamiento operante
Nuevamente surge la figura de Skinner como uno de los pioneros en el intento de aplicar los principios del condicionamiento operante de una manera práctica y útil para la humanidad. En los años 50 intentó trasladar el conductismo hacia la conducta humana. Como escritor frustrado, Skinner estaba interesado en el lenguaje (Leahey, 1998), de manera que se abocó al estudio de la percepción del habla y el proceso del lenguaje. El resultado de sus investigaciones los expuso en varias conferencias en Harvard y, luego, en su libro Verbal Behavior (1957). También elaboró una utopía de sociedad perfecta, desarrollada a partir de los principios del reforzamiento, lo que decantó en la publicación de Walden II (1948). Durante la Segunda Guerra Mundial tuvo la oportunidad de aplicar sus conocimientos acerca del condicionamiento en las palomas. Participó en el “Proyecto ORCON”, nombre derivado de “organic control”, en el que entrenó a las palomas para ayudar a guiar a los misiles hacia sus blancos. Afortunadamente para las palomas, el proyecto no se concretó, a pesar de que experimentalmente se demostró que era virtualmente a prueba de fallas.

Una de las aplicaciones más conocidas ha sido la de entrenar animales para películas y spots publicitarios. Los psicólogos Keller y Marian Breland (1961) (alumnos de Skinner), fueron pioneros en el arte de entrenar los más diversos animales para realizar todo tipo de trucos para su exhibición en ferias y cosas por el estilo. Ellos desarrollaron su trabajo en Animal Behavior Enterprises en Hot Springs, Arkansas, donde llegaron a adiestrar más de 6.000 criaturas de 38 especies diferentes. (Davidoff, 1989)

Jim Simmons, PhD, un científico de la marina, desarrolló a fines de los años 70 y comienzos de los 80, un sistema de condicionamiento para palomas de búsqueda y rescate desde helicópteros. (http://www.apa.org/monitor/oct02/pigeons.html/)

Adiestramiento con Clicker
El adiestramiento con clicker está considerado hoy en día como una verdadera revolución en el campo del manejo conductual canino. Su difusión ha sido verdaderamente espectacular, generando una gran aceptación entre los profesionales del comportamiento canino a través de todo el mundo. Su aplicación es sencilla y no requiere de un gran caudal de conocimientos para lograr resultados.

Los orígenes del entrenamiento con clicker se encuentran en el trabajo de los expertos entrenadores de delfines en los parques acuáticos en EE.UU.

Una de las pioneras en este tipo de trabajo fue Karen Pryor. Con una formación como bióloga y un gran interés en el comportamiento animal, se abocó a la tarea de aprender y aplicar las técnicas del condicionamiento operante en seres que simplemente no se podían entrenar con métodos convencionales.

En su libro “Don’t shoot the dog!” (¡No mates al perro!) (1984), expone gran parte de sus técnicas de reforzamiento y conclusiones acerca de la modificación conductual, ampliadas al campo del comportamiento de otros animales e incluso de los seres humanos, con un lenguaje directo y claro.

¿Qué es el clicker?
El clicker es una pequeña caja de plástico con un resonador metálico que emite un chasquido al ser oprimido con los dedos.

Su principal función es la de actuar como un refuerzo condicionado para comunicarle al perro qué conducta es la que va a ser reforzada (normalmente el refuerzo primario es comida, pero también puede ser otras cosas)

El sonido del clicker es claro y distinto, sobresale por encima de otros estímulos del ambiente y es rápido y preciso para marcar conductas o fragmentos de ellas en el momento exacto en que están ocurriendo. La idea clave aquí es comunicación fluida e inmediata.


Metodología
Para usar el clicker como un poderoso elemento de comunicación inter-específica (hombre-perro), lo primero que hay que hacer es “cargar” el clicker. Esto se consigue por asociación del estímulo del clicker con la presentación de un reforzador primario (trozos pequeños de salchicha, por ej.). Esto se hace repetidas veces hasta lograr el aprendizaje del click (condicionamiento clásico) en una o más sesiones.

La idea es que el perro, al escuchar el click, anticipe la presentación del refuerzo, lo que también generará una respuesta emocional positiva.

Una vez que se ha creado la asociación, el clicker es usado para marcar todo tipo de comportamientos deseables cuando ocurren espontáneamente (o inducidos), lo que aumentará la probabilidad de que esas conductas sean repetidas en el futuro.

En el entrenamiento con clicker sólo se utilizan el refuerzo positivo y la extinción como métodos válidos de modificación conductual y aprendizaje.

A partir de los programas descritos con anterioridad, normalmente se utiliza el programa de reforzamiento continuo para el establecimiento de nuevas conductas y posteriormente se pasa a un programa de razón variable. En este punto, también el tipo y magnitud de los reforzadores debería ser variable e impredecible.

Por lo general el clicker es utilizado durante el período que el perro demora en aprender un nuevo ejercicio. Luego, una vez que se ha puesto la conducta bajo control de estímulos, es posible dejar de lado el clicker hasta que se desee enseñar un nuevo “truco”.

Las formas más comunes de entrenamiento de perros usando el clicker se resumen en las tres siguientes: shaping, luring y targeting.

Shaping (Modelado por aproximaciones sucesivas)
El modelado consiste en tomar una pequeña tendencia en la dirección correcta y llevarla a través del reforzamiento, paso a paso, hacia una meta final.

En el modelado, se busca enseñar un comportamiento complejo, compuesto de muchos comportamientos más simples realizados en forma encadenada. Lo más fácil es comenzar por reforzar la respuesta más sencilla y natural para el perro, la cual será el punto de partida para el modelado. Toda vez que el perro ofrezca conductas más cercanas al comportamiento final que buscamos, estas serán reforzadas en forma selectiva, es decir ya no se presentará refuerzo para las respuestas iniciales.

El modelado es posible porque el comportamiento de los organismos es variable. No importa cuál sea la conducta observada en un perro, él la realizará con más fuerza unas veces que otras y en diferentes direcciones o con otras variaciones de diversa magnitud. Entonces, si tomamos cualquier conducta que el perro esté ofreciendo espontáneamente, podremos reforzarla y gradualmente transformarla en otro tipo de comportamiento.

Luring (Atracción)
En esta técnica, se utiliza el reforzador primario como una guía para inducir al perro a adoptar distintas posturas físicas. Al mover un trozo de salchicha frente a la nariz del perro, éste se verá impulsado a seguir con su cabeza y el resto de su cuerpo. Esto facilita el guiarlo hasta las posiciones básicas del adiestramiento de obediencia (sentado, echado, parado, junto, etc.), clickeando en el preciso momento en que logra la posición y reforzando con cierta frecuencia para estabilizarlo en la posición.

El objetivo es que, luego de un número variable de repeticiones, el perro comience a ofrecer espontáneamente las operantes de las distintas posiciones. Una vez llegado este punto, se procede a poner ese comportamiento bajo control de estímulos.

Targeting (Establecer blancos)
El método del targeting está basado en lograr que el perro toque con la nariz o con las patas o con otra parte de su cuerpo un objetivo o blanco. Este entrenamiento forma parte de las habilidades básicas que se pueden enseñar con el clicker y tiene un sinnúmero de aplicaciones prácticas como el aprendizaje de trucos y ejercicios sorprendentes tales como cerrar puertas, jugar a la pelota, traer objetos, prender y apagar interruptores, etc.

Problemas de comportamiento y modificación conductual
Existe una amplia gama de problemas conductuales en los perros, desde el perro que hace sus necesidades al interior de la casa, hasta el perro con problemas de agresividad. Mucho se ha escrito y ensayado en la búsqueda de solución a estos y otros problemas en la relación hombre-perro. Los enfoques tradicionales casi siempre se han basado en castigos de la más diversa índole, desde los consabidos tirones con collares de ahorque o puntas, hasta el maltrato y los golpes.

Afortunadamente, el entrenamiento con clicker y los principios del reforzamiento, ofrecen soluciones mucho más positivas para la solución de los problemas de conducta.

Existen cinco maneras de aplicar estos principios en la modificación conductual.

Extinción
Si, por ejemplo, el comportamiento que deseamos reducir es del tipo búsqueda de atención, la respuesta es muy sencilla: simplemente no responder…De esta forma el perro, al no obtener refuerzo de ningún tipo, pronto declinará en su tasa de conductas. Esto es evidentemente mucho mejor que retarlo o castigarlo, ya que ambas cosas serían reforzadores potenciales (atención) para estas conductas.

Hay ciertos patrones conductuales que son auto-reforzantes (ladrar o masticar objetos, por ej.) y difícilmente se van a extinguir por si solos.

Entrenar una respuesta incompatible
Este método es muy eficaz en muchos casos. Se trata de enseñar un comportamiento físicamente incompatible con la conducta problemática. Un ejemplo sencillo es el caso del perro que se abalanza sobre las visitas, empujándolos y ensuciándoles la ropa. Lo más rápido y efectivo sería entrenar la posición de sentado y reforzarla cada vez que lleguen visitas (estímulo discriminativo). Si el perro aprende a sentarse cada vez que llega alguien, no podrá hacerlo y al mismo tiempo saltar sobre ese alguien.

Poner la conducta bajo control de estímulos
Uno de los axiomas de la teoría del condicionamiento operante es que cuando hemos puesto una conducta bajo control de estímulos –esto es, cuando el organismo aprende a ofrecer el comportamiento si y sólo si es presentado el estímulo discriminativo- esta conducta tenderá a extinguirse en la ausencia del estímulo.

Un ejemplo sería entrenar a un perro para ladrar bajo la señal “ladra” (estímulo discriminativo) y reforzarlo por hacerlo, luego al no dar la señal no hay refuerzo, de manera que esa conducta tendería a disminuir su tasa (extinción).

Modelar la ausencia de comportamiento
Este método sirve para eliminar un comportamiento problemático cuando no hay otra cosa que se pretende lograr que el perro haga en lugar de. La idea es reforzar cualquier cosa que no sea la conducta indeseable. Si tomamos nuevamente el ejemplo del perro que ladra en exceso, la idea sería salir de vez en cuando –cada vez que no este ladrando, desde luego- con intervalos variables y darle un reforzador positivo.

Este método es particularmente efectivo con perros agresivos o miedosos, cada vez que el perro actúa con normalidad, consigue un refuerzo.

Cambiar la motivación
A menudo esta es la forma más amable y efectiva de todas para lograr cambios en el comportamiento problemático. La dificultad estriba en inferir cuál es la posible causa de una conducta determinada, ya que es fácil apresurarse a sacar conclusiones. La idea es observar con atención el ambiente del perro y las condiciones en que se encuentra, además de la relación que existe entre él y los miembros de la familia. De esta manera, será posible encontrar posibles causas y tratar de eliminarlas del contexto. No descartar la posibilidad de hambre, enfermedad, dolencias, aburrimiento, soledad o miedo.

Desde luego que hay problemas de conducta que tienen su origen en aspectos hereditarios o factores orgánicos, tales como desórdenes neurológicos y otros. Aquí, la sola modificación conductual probablemente no será suficiente y, en algunos casos, habrá que recurrir también a la ayuda de medicamentos, prescritos por un especialista.

Conclusión
La teoría del condicionamiento operante es considerada, hoy en día, un tanto limitada por la mayoría de los Psicólogos a la hora de explicar las complejidades del aprendizaje y la conducta de los seres humanos. Sin embargo, como hemos visto, ella constituye un poderoso modelo para abordar el comportamiento animal. Como aplicación práctica de la teoría, el entrenamiento con Clicker es una metodología cuyas ventajas resultan evidentes. Al compararla con los métodos convencionales de adiestramiento canino (la mayoría basados en la fuerza y la coerción), destaca su énfasis en la comunicación inter-específica fluida y en el trabajo basado en motivación positiva. Los resultados son asombrosos. Perros que disfrutan del entrenamiento y dueños felices de poder comunicarse con sus mascotas de una forma que no habían imaginado posible.

Debido a estas características, el entrenamiento con Clicker ha logrado una difusión tan espectacular en todo el mundo.

Bibliografía
Campbell, W. (1992). Behavior Problems in Dogs. California: American Veterinary Publications
Chance, P. (1994). Learning and behavior. California: Wadsworth
Davidoff, L. (1989). Introducción a la Psicología.Méjico: McGraw-Hill/Interamericana
Leahey, T. H. (1998). Historia de la Psicología. Madrid: Prentice Hall Iberia
Pryor, K. (1984). Don’t shoot the dog! New York: Bantam Books
Skinner, B.F. (1953). Science and Human Behavior. New York: Free Press

AUTOR 

Juan Sangüesa Massiel

    E-Mail:info@elcancerbero.cl
    Web:http://www.elcancerbero.cl/