8 de agosto de 2013

Palabras para un toro sin voz.

Una Antología orientada a la abolición del Toro Alanceado de Tordesillas. En ella participan algunos autores muy conocidos.
El libro, de carácter solidario y altruista por parte de los escritores, ya se puede adquirir a través de Internet. A todas las presentaciones acudirán escritores y está previsto que algún personaje famoso en otras áreas vinculadas al arte o la cultura para decir todos ellos unas palabras.

En los próximos días tendrá lugar en Madrid, Valladolid, Vigo y Barcelona la presentación del libro "Palabras para un Toro sin Voz". Publicado por Ediciones Hades, se trata de una iniciativa que partió de la Plataforma "Manos Rojas", concebida para desde los ámbitos de la cultura, el arte y la ciencia, trabajar por la abolición del Toro de la Vega de Tordesillas y, por extensión, de cualquiera de las formas de maltrato animal que encarna la tauromaquia.

Es una antología en la que participan los siguientes autores : Rosa Montero, Soledad Puértolas, Juan Kalvellido, Emilio Silva , Carlos Mañas, Ángel Padilla, Jorge Riechmann, Ruth Toledano, Hugo Cardalda, Esther Tusquets, Luisa Cuerda, Asier Triguero, Fernando Delgado , Rafael Narbona, Jose Luis Victoria, Fernando González "Gonzo", Carlos Azagra, Elvira Lindo, Nativel Preciado, Ricardo Muñoz José, José Luis Ordóñez, David Fernández Rivera, Ian Gibson, Vicent Jaume Almela, Javier Montilla, Eduardo Galeano y Julio Ortega Fraile.

A través de cuentos, poemas, ensayos, crónicas o dibujos, vamos sabiendo qué es lo que alanceamiento anual de toro hasta su muerte suscita en cada uno de ellos. Y se trata, sobre todo, de un grito de razón, justicia y libertad puesto en las gargantas de unas víctimas que no pueden emitirlos.
Se agradece la difusión de la obra y de su presentación así como la asistencia a la misma, en la que estarán presentes algunos de los escritores que participan así como otros personajes que se suman al rechazo del mantenimiento de esta tradición.

Presentaciones:

MADRID: Jueves 2 de febrero a las 19,00 h. en la Sala del Consejo de la Juventud de España. Calle Montera, 24. (Por razones de aforo la asistencia a la presentación será mediante confirmación previa al correo: j.ortega(arroba)liberaong.org)

VALLADOLID: Jueves 23 de febrero a las 19,30 h. en el Aula Triste, Palacio de Santa Cruz (piso bajo, entrando en el claustro a la izquierda). Plaza de Santa Cruz.

VIGO: Sábado 25 de febrero a las 19,30 h. En La Casa del Libro. Calle Velázquez Moreno, 27

BARCELONA: Por determinar.

El libro ya se puede adquirir por Internet en: www.edicioneshades.com

3 de agosto de 2013

El Diaro de un perro.

Desconozco la fuente real de este artículo, pero cuando doy alguna charla sobre el abandono animal suelo poner esta historia, porque, la cruda realidad de muchas camadas indeseadas o de perros comprados o recogidos por impulso terminan así y los seres humanos sin ningún tipo de remordimiento deja que estos seres tan esplendidos terminen de una manera tan terrible.



Diario de un perro:


Semana 1:
Hoy cumplí una semana de nacido, ¡Qué alegría haber llegado a este mundo!



Mes 01:
Mi mamá me cuida muy bien. Es una mamá ejemplar.



Mes 02:
Hoy me separaron de mi mamá. Ella estaba muy inquieta, 
y con sus ojos me dijo adiós. Esperando que mi nueva 'familia humana' me cuidara tan bien como ella lo había hecho.



Mes 04:
He crecido rápido; todo me llama la atención. Hay varios niños 
en la casa que para mí son como 'hermanitos' Somos muy inquietos, ellos me jalan la cola y yo les muerdo jugando



Mes 05:
Hoy me regañaron. Mi ama se molestó porque me hice 'pipí' 
adentro de la casa; pero nunca me habían dicho dónde debo hacerlo. Además duermo en la recámara... ¡y ya no me aguantaba!



Mes 12:
Hoy cumplí un año. Soy un perro adulto. 
Mis amos dicen que crecí más de lo que ellos pensaban. Que orgullosos se deben de sentir de mí.



Mes 13:
Qué mal me sentí hoy. 'Mi hermanito' me quitó la pelota. 
Yo nunca agarro sus juguetes. Así que se la quité. Pero mis mandíbulas se han hecho muy fuertes, así que lo lastimé sin querer. Después del susto, me encadenaron casi sin poderme mover al rayo del sol. Dicen que van a tenerme en observación y que soy ingrato. No entiendo nada de lo que pasa.



Mes 15:
Ya nada es igual... vivo en la azotea. Me siento muy solo,
mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed. Cuando llueve no tengo techo que me cobije.



Mes 16:
Hoy me bajaron de la azotea. De seguro mi familia me perdonó
y me puse tan contento que daba saltos de gusto. Mi rabo parecía reguilete.  Encima de eso, me van a llevar con ellos de paseo. Nos enfilamos hacia la carretera y de repente se pararon. Abrieron la puerta y yo me bajé feliz creyendo que haríamos nuestro 'día de campo'. No comprendo por qué cerraron la puerta y se fueron. '¡Oigan, esperen!' Se... se olvidan de mí. Corrí detrás del coche con todas mis fuerzas Mi angustia crecía al dadme cuenta, que casi me desvanecía y ellos no se detenían: me habían olvidado.



Mes 17:
He tratado en vano de buscar el camino de regreso a casa. 
Me siento y estoy perdido. En mi sendero hay gente de buen corazón que me ve con tristeza y me da algo de comer. Yo les agradezco con mi mirada y desde el fondo con mi alma. Yo quisiera que me adoptaran y seria leal como ninguno. Pero solo dicen 'pobre perrito', se ha de haber perdido.



Mes 18:
El otro día pasé por una escuela y vi a muchos niños y jóvenes como mis 'hermanitos'. 
Me acerqué, y un grupo de ellos, riéndose, me lanzó una lluvia de piedras 'a ver quien tenia mejor puntería'. Una de esas piedras me lastimó el ojo y desde entonces ya no veo con él.



Mes 19:
Parece mentira, cuando estaba más bonito se compadecían más de mí. 
Ya estoy muy flaco; mi aspecto ha cambiado. Perdí mi ojo y la gente más bien me saca a escobazos cuando pretendo echarme en una pequeña sombra.



Mes 20:
Casi no puedo moverme. Hoy al tratar de cruzar la calle por donde 
pasan los coches, uno me arrolló. Según yo estaba en un lugar seguro llamado 'cuneta', pero nunca olvidaré la mirada de satisfacción del conductor, que hasta se ladeó con tal de centrarme. Ojalá me hubiera matado, pero solo me dislocó la cadera. El dolor es terrible, mis patas traseras no me responden y con dificultades me arrastré hacia un poco de hierba a ladera del camino.



Mes 21:

Tengo 10 días bajo el sol, la lluvia, el frío, sin comer. Ya no me puedo mover. El dolor es insoportable. Me siento muy mal; quedé en un lugar húmedo y parece que hasta mi pelo se está cayendo. Alguna gente pasa y ni me ve; otras dicen: 'No te acerques' Ya casi estoy inconsciente; pero alguna fuerza extraña me hizo abrir los ojos. La dulzura de su voz me hizo reaccionar. 'Pobre perrito, mira como te han dejado', decía... junto a ella venía un señor de bata blanca, empezó a tocarme y dijo: 'Lo siento señora, pero este perro ya no tiene remedio,  es mejor que deje de sufrir.' A la gentil dama se le salieron las lágrimas y asintió. Como pude, moví el rabo y la miré agradeciéndole me ayudara a descansar. Solo sentí el piquete de la inyección y me dormí para siempre pensando en porqué tuve que nacer si nadie me queríaFuente: Desconocidad pero desde mi más humilde ignorancia gracias por esta realidad. 

1 de agosto de 2013

Tormentas (truenos y relámpagos)

Tormentas (truenos y relámpagos)
a mayoría tienen miedo de la parte sonora de la tormenta (truenos). Puede que sea sensible a todos los ruidos fuertes en particular. Pero las tormentas tienen factores que intensifican el ruido, como pueden ser los relámpagos, cambios barométricos, etc. Lo ideal es que todos los perros pudiesen experimentar las tormentas de cachorros en las condiciones óptimas, para que de mayor no surjan problemas. Quiza sería interesante, que el nuevo propietario adquiriese una grabación de sonidos especiales (tormentas) y habituase a su cachorro a escucharla.
Algunos perros sufren tanto una tormenta que pueden llegar a tirarse por la ventana, con la intención de escapar del ruido. Otros buscan refugio escondiéndose debajo de las "faldas" de su dueño. Y desafortunadamente, el dueño con toda su buena intención, intenta reconfortarle, causando mayor daño al problema ya que lo que esta haciendo es recompensar su comportamiento, y confirmar aún más su miedo. No hay que olvidar, que se recompensan los "hechos" y se castiga el "pensamiento".
En todo caso, lo correcto sería ignorar al perro o mejor todavía, ponerse a bailar y cantar con alegría, dando ejemplo de nuestra actitud. A eso William Campbell lo llama: "Jolly Routine". Nunca se utilizaría una corrección o castigo. Eso sólo produciría más pánico.
El método terapéutico a seguir, sería igual que cualquier problema de fobia: Se presenta el miedo (una grabación) a un nivel minimo y se trabaja a partir de ahi. Con muchas repeticiones subiendo de volumen gradualmente segun se progrese. A ser posible que sea durante la temporada en que no sean frecuentes las tormentas y no pueda echar abajo el programa. Ejercitar el comportamiento, supone perder el trabajo hecho hasta entonces.
Ejemplo: El perro se le enseña a permanecer sentado o acostado, mientras escucha una grabación a muy baja intensidad. Se le da un poquito de comida cada 30 seg. y alagos. Poco a poco se va subiendo el columen en cada sesión, la cual incluirá un minimo de 20 intentos. Si el perro reacciona con excitación, es que se va demasiado deprisa. Se trata de que el perro permanezca relajado. En caso de sobrepasarse (el perro muestra miedo), se terminan las sesiones por ese día y se continuará mañana a un nivel seguro (por debajo de ayer). Una vez superadas de 30 a 60 sesiones (dependiendo de cada perro) se puede empezar a pensar en un volumen total.
Hay casos en que el miedo es provocado en un principio por un sonido en particular (un petardo) y que luego lo asocia a otros ruidos fuertes (similares) que antes no le afectaban (tubos de escape, tormentas, aviones, etc.)
Siempre que se conozca el ruido que desencadenó la reacción, hay que empezar por ese ruido, para conseguir mejores resultados.
El mismo procedimiento se utilizaría para tratar fobias relacionadas con los petardos o disparos. Todas ellas entran dentro del mismo tipo de fobia. Pero en vez de grabaciones, se utilizaría el dispositivo auténtico disminuido por la distancia y por mecanismos de amortiguación del sonido (cajas de carton, toallas, etc.) También se pueden usar algodones en los oidos del perro o como caso extremo, los tranquilizantes.